Etapa 01 Roncesvalles - Zubiri (Camino Santiago a pie - Camino Frances)


Ruta predominante de bajada en la que caminaremos al poco de salir de Roncesvalles por hermosos bosques de hayas tan característicos en el norte navarro.
La etapa se endurece en dos pequeños promontorios tales como los altos de Mezkiriz y Erro, desde donde y en ligero descenso llegaremos a Zubiri, fin de etapa.

Etapa de: 22 Kilometros
Hora de salida:     07:00
Hora de llegada:  12:00   

Las poblaciones que pasaremos serán: 
Roncesvalles-> Burguete-> Espinal-> Bizkarreta-> Lintzoain-> Zubiri.




La etapa no supone un gran esfuerzo debido a su poco desnivel acumulado.



A las seis de la mañana se encienden las luces del albergue y vamos observando como los ronquidos dan paso a voces, cuchicheos y palabras de animo.
Al asomarnos a la ventana vemos que la niebla cubre el entorno, "en Roncesvalles siempre hay niebla"  da la sensación de que hace frió, así que sin demora recogemos todas nuestras pertenencias y a las siete de la mañana ya estamos listos para partir.
Sin asomar todavía los rayos de sol en el horizonte salimos a la calle con la idea de llegar a Santiago y de que nos den la compostelana, pero para ello debemos de recorrer los 790 kilómetros que nos separan.                                                          Queremos desayunar, preguntamos y nos dicen que ¡no va a poder ser! pues los restaurantes abren tarde así que no nos queda otra que partir hacia Burguete con el estomago vacío. 
Lección aprendida, "hay que comprar leche y bolleria para salir desayunados".



Animados dejamos la colegiata atrás y caminamos por un sendero llano y arbolado que circula paralelo a la carretera.
A escasos 200 metros y a la izquierda vemos la primera cruz del camino, de estilo gótico  y del siglo XIV y que fue trasladada allí en el año 1880.
Seguimos caminando por el bonito bosque y al acabar vemos la cruz de Roldan "La Cruz Blanca" según la leyenda aquí se encuentra enterrado el caballero Roldan, muerto hace más de doce siglos en la batalla de Roncesvalles.



Salimos a la carretera y entramos en el primer pueblo del camino, Burguete, aquí podemos desayunar en el bar situado al lado de la iglesia de San Nicolás de Bari, un estupendo templo con una fachada renacentista de 1699.
Al acabar continuamos bajando viendo las casas blasonadas y los curiosos canales de agua que bajan a ambos lados de la calle principal.
Es conocido y sabido que en esta localidad se alojaba Ernest Hemingway conocido por su afición a las fiestas sanfermineras.









Al salir del pueblo cruzamos el rió Irati, rió donde le gustaba pescar al citado Hemingway.
Paseando entre prados y instalaciones ganaderas.....


















Vamos viendo los primeros mojones que nos van a acompañar nada menos que hasta Santiago de Compostela, donde se encuentra la tumba del santo.
Animados por el espectacular entorno continuamos caminando y entramos en Espinal......



















Un pueblo típico pirenaico con una moderna iglesia.
Lo cruzamos y salimos a un camino agrícola entre inmaculados campos de pasto.

















Poco más adelante empezamos a subir siguiendo las señales amarillas y  rodeados de verdes colinas hacia el alto.


















Tras superar el primer desnivel de la jornada, llegamos al Alto de Mezkiriz, donde una lapida recuerda que "Aquí se reza una salve a Nuestra Señora de Roncesvalles".
Entre los altos de Mezkiriz y Erro cruzamos unos bosque donde antaño eran peligrosos para los peregrinos pues estos eran asaltados en este lugar por los bandidos. 
Nos hacemos a la idea y la verdad que es para echarse a temblar.














Saliendo del bosque entramos por la única calle a Bizkarreta pueblo dedicado en exclusiva a la actividad ganadera.



















Volvemos a cruzar un nuevo bosque
 y salimos a las postrimerías de Lintzoain, un pueblo sin servicios para el peregrino.



















Del pueblo salimos en ascenso hacia el Alto de Erro.
A estas alturas del camino ya vamos juntándonos con peregrinos que mas tarde nos acompañaran durante muchas etapas.


















Entre hayedos y robledales vamos ganando altura y dejando atrás los bosques que no volveremos a ver durante muchas jornadas, prácticamente hasta pasar los montes de León y entrar en tierras gallegas.
En el Alto de Erro había una venta que servía de refugio al peregrino medieval, que caminaba expuesto al ataque de lobos y osos o atemorizado por los constantes asaltos de los bandidos.








Desde el Alto de Erro ya todo es bajar.
Descendemos por otro bonito bosque hacia la población que sera nuestro fin de etapa.

















 Y entramos en Zubiri por el puente medieval llamado de La Rabia, donde según la tradición se creía que los animales que daban una vuelta alrededor del pilar central quedaban protegidos contra ese mal.















Nada mas pasar el puente encontramos un albergue, "Albergue Zaldiko" no es muy grande pero cuenta al menos con lo basico para el peregrino, quizas por calidad precio sea uno de los más caros del camino, de todas maneras en Zubiri no hay mucho donde elegir.
Otra cosa muy diferente es el menú que ofrecen en los restaurantes de la zona, "Nosotros lo sufrimos" así que lo mejor comprarse algo en la tienda de al lado y prepararnos la comida a nuestro antojo.
En este albergue se hace la primera cena de peregrinos, la primera partida de cartas y la primera de las animadas tertulias y las que no pueden dormir, pues a comerse una tortilla de patata a la una de la madrugada junto a una guapa canadiense.


Zubiri no es muy grande así que después de visitarlo nos acomodamos en el pequeño parque junto al rió Agra, con el objetivo de recuperar fuerzas y con ello poder enfrentarnos mañana a la segunda etapa que nos llevara desde Zubiri a Zizur Menor, después de pasar la primera ciudad del camino Pamplona.

















Historia Medieval

Los peligros: Hoy día no hay más problema para peregrinar a Santiago que tener la suficiente resistencia para caminar, haberse entrenado previamente y llevar el equipo adecuado para la marcha. 
Pero no siempre ha sido así de fácil. En la
Edad Media era una autentica aventura, pues los caminos como tales eran peligrosos en algunos tramos, sobre todo cuando había que cruzar algún caudaloso río, como el Ebro, no estaban señalizados y era fácil perderse, había alimañas, y sobre todo salteadores de caminos y otros ladrones, entre los que se encontraban posaderos, clérigos e incluso nobles.

 El mayor número de peligros que acechaban a los peregrinos venia de los naturales del lugar por donde pasaba. Se les engañaba en el precio y medida de las cosas que necesitaban, incluyendo la comida que habían de comprar en los mercados, pues al comienzo de las peregrinaciones las posadas no daban de comer, ofreciendo solo alojamiento.

 Pero sin duda, el asalto en el camino a los peregrinos era el mayor peligro al que se veían expuestos, ya que no solamente podían perder dineros y cabalgadura, sino que también la propia vida.
 Llegó a tal especialización el robo, que se daban a los peregrinos brebajes adormecedores en las posadas u otros establecimientos para robarles con más impunidad.
Como eran muchos los que morían, estaba previsto el testamento del peregrino. Por derecho el mejor traje del peregrino le correspondía al posadero, si había muerto en su casa. El resto de sus bienes eran para quien él hubiese dicho, o en su defecto para sus familiares que le acompañasen. Si no los había eran para el resto de los peregrinos que hubiese con el difunto en el momento de su muerte.



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